Todos los personajes de esta obra son fantasías. Ninguno de ellos se identifica con una persona viva o muerta. Los episodios descritos tampoco coinciden con los hechos reales. Los comportamientos identificables deben achacarse a las circunstancias. No traten de entender. No busquen la lógica de esta historia. No existe. El que crea reconocer similitudes entre una figura del relato y su propia persona o algún individuo de carne y hueso, recuerde la extraña carencia de rasgos propios que delatan muchos de nuestros contemporáneos.