Dramaturgo / Ana Harcha  

 

 


Kinder

de Ana Harcha

12
Mobiliario de kindergarten, como a propósito de enanos
impráctico
falso
pasa el tiempo.
El mundo no está hecho a mi medida, oh no, definitivamente no.
De niña, recuerdo, tenía la sensación de abarcar todo el espacio. Tenía la sensación de poner el pie sobre toda la tierra.
No distinguí fronteras
confundí los territorios
no existe el mundo y Yo
sólo existe Yo y el mundo
cada objeto reencontrado de esa, aquella, transgredida niñez, un vuelta al centro, al origen, al principio, dicen.
Sillitas escolares
colores de la bandera
himno nacional todos los lunes
todos los putos días lunes de cada semana, de cada año, durante 12 años
hostias
las dos estrofas y el coro. Completitos.
operación Daisy
desfile de pueblo, entre bomberos de pueblo, entre huasos de pueblo, un 18 de septiembre de pueblo, entre damas voluntarias de la cruz roja de pueblo, entre putas de pueblo, entre educadores de pueblo, entre señoras de Cema Chile de pueblo, entre scouts de pueblo, entre reinas de belleza de pueblo ¿puedes imaginar una reina de belleza de pueblo?. Son preciosas, a veces.
La escuela fiscal, obvio.
La interrupción de clases por un evento oficial
el desfile del verdugo en caravana oficial. Un militar lleno de sueños de poder, ejecutándolos.
200 niños parados al borde de una carretera listos a presenciar el paseo dominical del dueño del negocio de los golpes, hachas y metrallas. 1985. Sur.
Niños de pueblo uniformados, obedeciendo a la teacherprofesora que no sabe hablar que confunde aguja con abuja, que no distingue entre toalla y toballa, que come fidedos en vez de fideos, pero que te lleva, te toma de la mano o de una oreja, y te lleva y te planta como primer espectador. A ver si mirando aprendes a matar y no te sigues cayendo niña enclenque.
Se acerca el cortejo fúnebre, la tropa de perros negros sobre ruedas, niños de pueblo alzan sus cuellos para poder ver cómo se puede hacer salir baba de los hocicos y continuar ladrando.
Paso de autos
de varios autos
grises
blindados
con vidrios ahumados.

Ni una sola luz, ni un solo rostro, ni una sola enseñanza.

Regreso a las aulas un poco más confundidos que antes, pero eso sí, con un poco de aire de álamos en los pulmones. Tilín, talán. Recreo escolar.

¿De cuántas cosas me habré olvidado para siempre?
La sala de clases de mi madre
el aserrín

la campana de fierro
Paulo Sierra
la comida del estado
la pobreza de un pueblo carretero al sur, bien al sur
la estufa a leña
los actos cívicos
el niño problema
el desorden
el orden
las promesas de amor
el patio
la entrada
el diario mural
la escuela
la sala de profesores
los caballos
los castigos sobre y debajo del caballo
los disfraces
el mobiliario de un kinder vacío
hoy me he...
de recuerdos, de objetos, de imágenesdecosasdepalabras y sin querer estoy a punto de

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