|
|
Dramaturgo / María Verónica Duarte Loveluck |
|
Juana de Arco
de María Verónica Duarte Loveluck
Madre: Juana, te he estado llamando por horas. ¿Qué hacías? ¿Por qué no respondías?
Juana niña: Lo siento, me he quedado dormida.
Madre: ¿Dormida, dices? ¿Por qué lloras, hija?
Juana niña: Ha sido un sueño madre, nada más que un sueño.
Madre: ¿Qué te pasa? ¿Por qué hay secretos entre nosotras? ¿Por qué no me miras como antes? Dime, hija ¿por qué tienes ese aire cansado?
Juana niña: Mi padre ha degollado un cordero, me puse triste, eso es todo.
Madre: No debes ponerte triste por esas cosas, es la ley de la vida. Prepárate, nos vamos.
Juana niña: ¿Dónde?
Madre: Partiremos a Neufchâteau a refugiarnos unas semanas.
Juana niña: No puedo ir, debo quedarme.
Madre: ¿Cómo que no puedes? Los borgoñones amenazan Vaucouleurs. Todos los de Creux y Donremy han partido ya. Envenenarán nuestra fuente, quemarán nuestra casa. ¿Quieres quedarte para que te maten?
Juana niña: No.
Madre: Entonces apúrate, hace una hora que te he llamado.
Juana recoge agua de la fuente con una vasija y arranca una rama del árbol.
Madre: Volveremos pronto, no tengas miedo. Esta haya ha resistido siempre los ataques, ha florecido una y otra vez aunque la quemen. Esta fuente ha perdurado desde que soy una niña, no temas. (Salen).